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MDQ, Pcia de Bs. As. Argentina.

5 al 12 de septiembre del 2011

Primer Viaje por Luis Nazareno, Pancita y Antonella.

Comenzamos el viaje tan ansiado! Cuando empecé a andar en bici hace más de 5 años como una opción linda y viable para bajar de peso se me ocurrió que mi máximo logro sería llegar a Mar del Plata pedaleando. Una vez que hubiera llegado a ese punto, ah! podría sentirme completamente capaz con la bicicleta. No le puse tiempo, ni le puse fecha y tampoco imaginé cómo, ni con quien, ni con qué (salvo con la bici, jaja!), yo simplemente estaba segura de que algún día lo haría. Y lo hicimos…

Hoy sé que puedo hacer mucho más que Mar del Plata, los límites se los pone uno. Todas las puertas están abiertas y yo elijo en que habitación deseo entrar.  

Antonella Pagnanelli

 

 

Día de inicio: 5/9/2011
Km acumulados:

66

Lugar de pernocte: Km 92, área de picnic junto a una estación de servicio de YPF ACA.

Hoy fue un placer enorme levantarse, desayunar y con todo listo salir de viaje y un día perfecto por delante.

En esta jornada inicial la meta era ganarse la ruta.

En Abasto compramos provisiones como para el almuerzo. Al salir ya teníamos en las alforjas todos los insumos para las cenas y los desayunos del viaje. Para los almuerzos iríamos adquiriendo comida durante el trayecto.

En una panadería, Luis entró a comprar pan y la dueña de la panadería le preguntó sobre las bicis y que estábamos haciendo. Luis le contó que íbamos para Mar del Plata y que yo estaba embarazada y un poco de todo. La chica se re emociono con todo y nos contó que había tenido la oportunidad de viajar a Europa.

A la tardecita con una jornada hermosa de pedaleo nos detuvimos en una estación de servicio y Luis pidió permiso al playero para acampar en la zona de picnic: “¿Son tranquilos?” preguntó el muchacho. E imagínense el lío que hicimos dos ciclistas cansados y embarazados!

 

fecha:

6/9/2011

Día de viaje:

2

Km acumulados:

134

Lugar de pernocte: Cuartel de Bomberos Voluntarios de Lezama

Las bocinas de los autos animándonos y los saludos no se quedan sin participar. Desde que salimos ayer es una alegría la compañía de la gente que pasa en sus autos y nos toca bocina alentándonos en lo que estamos haciendo. Hoy en Chascomús un hombre bajó la ventanilla y nos gritó emocionado “Mucha Suerte!”.

También fue muy gracioso hoy cuando en plena ruta desde una camioneta que venía circulando por la mano contraria nos gritaron a todo pulmón “Aguante la bici”.

Tampoco deja de acompañarnos la fauna de la pampa desde cerca. Si bien cuesta fotografiarla porque para cuando tenemos la cámara en mano ya se alejaron, tuvimos la oportunidad de ver de cerca una hermosa cigüeña y un caracolero cejudo que a poca distancia pasaron volando. Ambos especimenes tienen un plumaje bellísimo, en el caso del caracolero, una simetría perfecta en los tintes de sus alas y ambos un tamaño importante. Acostumbrados generalmente a ver a las aves volar muy alto y muy lejos, uno no tiene idea de sus dimensiones y el verlos de cerca sorprenden.

Cuando caía el ocaso pasamos por la laguna Chis Chís y pudimos avistar a un grupo de patitos que flotaban en el agua y de vez en cuando se sumergían, a comer algún pescadito, yo imagino.

Alguno que otro quedaba culo para arriba afuera del agua y sacudía las patitas en el aire como si le hubiera faltado impulso para sumergirse, era muy bonito verlos.

Al mediodía tuvimos una increíble visita inesperada…Sentados en la lonita al costado de la ruta, luego de haber saboreado unos riquísimos pebetes con salamín, lechuga, tomate, aceitunas y queso, comenzamos a ver algo alargado y negro que se acercaba ágilmente hacia nosotros, saltando a través del pasto como un delfín en el agua.

Cuando lo tuvimos cerca pudimos divisar perfectamente a un Hurón que muy cómico levantaba la cabeza y miraba alrededor.

Se acercó tanto que yo en un momento me asusté y di un paso atrás haciendo que nuestro amigo pegara media vuelta y se alejara en instantes de nuestra vista y mucho más allá.

Cayó la noche en Lezama aún sin lugar para acampar.

Detenidos en la estación de servicio se acercó un muchacho simpático que orgulloso comentó: “Yo les grité hoy en la ruta”. Muy macanuda esta persona nos dio el dato de que a una cuadra y media estaba el Cuartel de Bomberos Voluntarios de Lezama y que muy probablemente allí ellos nos darían lugar de acampe.

Pasamos a preguntar y nos recibió el cuartelero informándonos que él no tenía poder de darnos autorización de acampar allí, pero que esperásemos porque era martes: noche de reunión de los bomberos y en un rato llegaría el jefe.

Así es que más tarde fuimos recibidos por un regimiento de bomberos súper hospitalarios que nos ofrecían lo que necesitáramos y que curiosos nos preguntaban sobre viajar en bici.

Nos ofrecieron espacio para dormir en un comedor donde había ducha con agua caliente y nos prendieron la estufa.

Uno de los bomberos charló un montón con nosotros e hizo de guía turístico mostrándonos todos los camiones y contándonos de donde habían venido, nos mostró el vestuario y alzamos una chaqueta para ver lo pesada que era.

En un momento sonó la sirena y nos explicó que era la sirena chica  que se hace sonar todos los días a las diez de la noche. Esta quedó como una tradición, ya que en un pasado se hacía sonar para recordar a  la gente que antes de irse a dormir apague los braceros.  

Nos acostamos y caímos en un plácido y profundo sueño y unas horas después comenzó a sonar el teléfono de bomberos (había dos aparatos en el comedor) y sonó la sirena. Pero era la grande esta vez. Después de eso todo lo que escuchamos fue que arrancó un camión y nada más. Los dos pensamos que bueno sería levantarse y ver como se alistan los bomberos y ahí no más quedó nuestro pensamiento perdido en la nebulosa del sueño.

 

fecha:

7/9/2011

Día de viaje:

3

Km acumulados:

199

Lugar de pernocte: km 219, autovía 2.

Que lindo levantarse hoy y lavarse la cara con agua caliente. Desayuno, reordene del equipaje y a despedirnos de los bomberos.

Ya de día tocaba otro turno de cuartelero y parecía no tener mucha idea de que nos habíamos quedado, o al menos estaba curioso de que le contáramos algo. Nos hizo pasar a una sala y nos convidó café. Con dos hombres más que se hallaban presentes charlamos un rato. Antes de irnos quise dejarles un detalle por la atención que había tenido el cuartel hacia nosotros y mi mejor idea, fue agarrar El Chocolate de Luis, que él había comprado para saborear en alguna noche de viaje, y se los obsequié. Después alguien me hizo reclamos.

Al pasar lezama vislumbramos un castillo entre una tupida arboleda, que rara ves se deja ver por los automovilistas distraídos. Este castillo tiene un bosque despampanante, ¿¡quién no desearía vivir en un bosque así!?.

Nos detuvimos para ver si conseguíamos alguna información, y ver si podíamos entrar a conocer el lugar. Golpeamos manos y permanecimos a la entrada de la estancia pero sin éxito nadie nos contestó y volvimos a la ruta.

Casco de la estancia Villa Raquel.

Villa Raquel, nombre de la Estancia donde está el "castillo".

Hacia el mediodía llevábamos un clima prometedor para hacer buenos kilómetros, cuando al pasar frente a una casita rodante, estacionada en un campo lindero a la ruta, un hombre nos hizo señas para que paráramos.

Nos acercamos para recibir el preliminar de una fantástica travesía. “Yo viajé en bici hasta México” nos dice el hombre. “Tengo las notas de los diarios, ¿se las muestro?”.

Les presento a Rubén V. Lewin. En 1971, recién recibido de Ingeniero Agrónomo, partió emprendiendo una travesía en la que uniría Buenos Aires con México. Logró su cometido tres años después en 1974.

En México conoció a una señorita norteamericana que lo invitó a Estados Unidos. La chica consiguió la visa para él quien dejó su bicicleta en México.

Vivió un tiempo allí hasta que se distanció de aquella señorita y permaneció trabajando en EE.UU. hasta que lo detuvo el personal de inmigración. Pasó un mes detenido y finalmente fue deportado a Argentina quedando su fiel compañera de travesía para siempre en México.

No pudimos leer  los recortes de los periódicos porque el rato que estuvimos lo dedicamos a charlar.

Por lo que entendí no volvió a viajar en bici luego de esa travesía, la cual como detalle no menor, había sido su primer viaje en bicicleta. 

Como la charla nos demoró, cuando se puso el sol todavía seguimos pedaleando para completar al menos 60 Kilómetros. Y como comenzaba a oscurecer y ya no era seguro pedalear de noche, paramos en un campo a preguntar donde poder armar la carpa en la zona y el dueño nos contestó que siguiéramos más adelante que había una estación de servicio abandonada y agregó que no nos ofrecía quedarnos ahí por que tenía mucha gente trabajando y no le quedaba lugar. Una excusa  cordial para no decir que quizá tenía miedo ya que en realidad nosotros no le pedimos una cama ni dormir en su casa, sino que insinuamos la posibilidad de que nos diera permiso de armar la carpa en su campo.

Y hablando de gente que tiene miedo a los desconocidos la que quedó a prueba más tarde fui yo cuando llegamos a le estación abandonada.

Estaba oscuro y el lugar se veía feo. Estaba la construcción vieja y otra construcción cercana con mesitas adelante sobre la que se leía un cartel que en letras bien grandes rezaba: MECÁNICO y PARRILLA. Y yo me percaté de había alguien en otra construcción con la luz encendida, que yo pensé era el taller, pero cuando nos acercamos…

Perspectiva de Luis: al llegar observé un muchacho con aspecto precario rodeado de herramientas de trabajo en aquella habitación medio derrumbada en la que se encontraba cocinando su humilde cena utilizando fuego.

Me aproximé y le pregunté si podíamos acampar por allí, el me responde que en aquella estación deservicio no permitían el acampe, pero que si queríamos podíamos acampar en el terreno lindero a la estación, que estaba a su cuidado. A esto le respondí que aceptábamos, y lo invité a que cenara con nosotros el guiso que iríamos a preparar.

Anto permanecía tiesa y callada al lado mío, mientras se le pasaban 10.000 cosas no muy divertidas por la cabeza.

Cuando estábamos armando la carpa me dijo: "No me vallas a dejar sola. Mirá si viene a la noche y nos agarra adentro de la carpa con el hacha, y encima ya lo invitaste a cenar"

Por suerte en la cena comenzó a charlar con el hombre y se fue distendiendo un poco. Yo pude dormir muy relajado pero Anto no estoy tan seguro, realmente se había asustado.

 

fecha:

8/9/2011

Día de viaje:

4

Km acumulados:

261

Lugar de pernocte: Área de Picnic de la ruta 2, Maipú.

Comentario de Luis: Cuando despertamos Anto, se quedo mas tranquila después de comprobar que evidentemente no nos habían atacado con un hacha.

Teníamos ganas de quedarnos durmiendo un rato más pero nos levantamos enseguida para no complicar a Abraham en caso de que llegara su patrón.

Guardamos cualquier cosa en su lugar y salimos de adentro del campo con las bicis y su equipaje a medio acomodar. Cuando asomamos a la ruta el padre del patrón ya estaba ahí…un hombre macanudísimo que no tuvo ningún problema de que hubiéramos pasado la noche en su campo. Su aspecto era casi tan humilde y sencillo como el de Abraham y su corazón tan abierto como el de este. Se interesó en lo que estábamos haciendo y nos preguntó sobre el tema.

Mientras nosotros preparábamos las cosas para el desayuno el padre del patrón levantó un puestito. En una mesita frascos de miel, higos en almíbar, chimichurris y alguna otra cosita más. Sobre la banquina, asadores, parrillas, palitas para el carbón, discos de arado, todo de una excelente calidad, hecho artesanal por su hermano.

Compramos un frasco de miel e invitamos a Abraham a desayunar. Le convidamos con pan y con miel y no quiso comer nada.

Mientras ingeríamos los primeros alimentos del día Luis intentó destapar el calentador que lo había hecho renegar en la cena y una reparación primaria que ya tenía en la serpentina(*) se quebró.

(*) El calentador que usamos para cocinar funciona gasificando nafta o bencina. El combustible se encuentra líquido en una garrafita de almacenamiento, a la cual se le da  presión con una bomba de aire manual ubicada en la boca de la garrafita. Esta bomba, a su vez, posee una llavecita de paso que impide o permite el pasaje del combustible, ya presurizado, al gasificador. El gasificador consiste en una serpentina que en su base tiene una especie de vasijita en la cual se coloca alcohol mezclado con nafta y se enciende para que la serpentina tome calor. Cuando se abre la llavecita de paso, la nafta o la bencina presurizadas, que se hallan en estado líquido, salen hacia la serpentina y debido a la temperatura que esta ha adquirido previamente, el combustible líquido se gasifica y pasa al quemador como un gas. Con el calor producido por la combustión de ese gas cocinamos nosotros. Con el uso, la serpentina se va llenando de carbón, un residuo de la combustión y hay que limpiarla pasando de lado a lado un alambre que entre por el diámetro interno de la serpentina. Cuando Luis intentó hacer este trabajo de pasar de lado a lado el alambrecito, la serpentina se partió.

Quedaríamos sin calentador hasta finalizar el viaje si no conseguíamos quien nos lo soldara. Tendríamos que arreglarnos de otra forma para cocinar a la noche o cambiar el menú de las cenas (fideos, verdura deshidratada, conocido como “Condifrit” y texturizado de soja).

Al mediodía arribamos a General Guido. No sé si porque era hora de escuela, almuerzo o es así, no había casi gente en la calle.

Nos cruzamos con un repositor que descargaba mercadería en un kiosco y le preguntamos por algún almacén, nos indicó como llegar y nos dijo: “Vallan ahí que tienen cosas de rotisería muy ricas y digan que van de parte mía”.

Cuando estábamos haciendo las compras en el almacén llegó el camión repositor y nos cayó la ficha de aquel “de parte mía”. Pues resulta que las personas que atendían el almacén eran dos chicas jóvenes y él y los demás repositores no estaban lejos en edad, así que por lo visto había más de uno que andaba floreándose.

Con nuestros alimentos en la mano y la panza vacía nos sentamos a almorzar en la plaza más cercana. Era grande y sólo tenía un árbol. Salvo la sombra de aquel arbolito, el sol pegaba de lleno en la plazota que era todo cemento y metal, tampoco tenía pasto, sino piedritas y arena donde sentarse a descansar.

Pero lonita de por medio nada impidió que nos pudiéramos alimentar y felices y contentos nos comimos unos sanguchotes primavera con aceitunas, de no olvidar.

Luego del plácido descanso buscamos un taller en donde poder repara el calentador y fuimos a dar a la casa de un personaje, chapista, el señor.

Con una calidad excelente soldó la serpentina y se quedó con la boca abierta cuando vio la potencia de la llama encendida.

Reparando la serpentina del calentador.

Arreglado a la perfección.

La llama del calentador luego de pasar por la soldadura y una óptima destapada.

El señor era abuelo y tenía por nietos a dos intrépidos gemelos.

Los gemelos de tres años y las babas del abuelo.

Mate y charla de por medio nos invitó en enero a presenciar el carnaval. Él baila en la comparsa, hace y conduce las carrozas y su hija hace unos trajes que sorprendido te han de dejar.

¡Si tan sólo la bandera que confeccionó para una de las carrozas llevó unos 3 millones de lentejuelas!

Muy contentos partimos agendando para el 2012 unos días de carnaval. Visto que no son tantos kilómetros y que para ese entonces nuestro embarazo estará cerca de los 9 meses probablemente experimentaremos la sensación de viajar en camioneta.

Hacia la tardecita otra vez, llegamos a Maipú. Nos dispusimos a encontrar lugar de acampe. Preguntamos en un lugar de control vial donde acampar. El personal de seguridad de la entrada dijo que podíamos acampar ahí ya que había un mini predio que no estaba nada mal pero que lindaba o con la ruta. Entonces hete ahí que pedaleamos unos 100 metros más camino a un almacén y encontramos la zona de picnic para acampar. Así que decidimos quedarnos ahí con la carpa lindando con la vía del tren. Y yo estaba insoportable porque por cada camión que pasaba por la ruta le preguntaba a Luis si ese había sido el tren.

Como el campamento quedaba a cubierto de la ruta aprovechamos la oscuridad para bañarnos y en una bolsa de agua de dos litros mezclamos agua hirviendo y agua fría.

Luis me dio todas las explicaciones y me dejó en claro: “Mirá que una ducha breve es mucho” y yo le hice caso. Abrí un poquito la bolsa me mojé rápido todo el cuerpo y después tuve la brillantez de enjabonarme de pies a cabeza. Y fantástico, mi baño fue rapidísimo, pero no conté que con la cantidad y el caudal de agua que había iba a quedar toda enjabonada. Así que me tuve que terminar sacando el jabón del cuerpo con la toalla como pude. Ése fue mi primer baño con una bolsa de agua.

 

fecha 9/9/2011
Día de viaje:

5

Km acumulados:

346

Lugar de pernocte: Arboleda al kilómetro 353, autovía 2.

Como en la ruta son famosas las parrillas y hace mucho que no como asado, le sugerí a Luis almorzar un día en alguna. Llegamos a Las Armas antes de las 12 del mediodía. Y sin hambre realmente todavía nos acercamos indecisos a preguntar al parrillero si ya tenía algo, yo creyendo que obviamente por la hora todavía la carne estaría cruda. Y resulta que el hombre ya si tenía carne cocida, pero cuando llegas a una  y te dicen que tienen carne a las 11:30 de la mañana, es lógico considerar que el tipo hecho a calentar la carne del día anterior. 

Dimos unas vueltas yendo al baño. Y una cosa y otra se hicieron casi las 13 horas. Avanzamos a la ruta a buscar lugar para almorzar y vimos otra parrilla “El Vasco”. Entramos y  el  en persona nos dice: “Acá de parrilla no hay nada. Tengo raviolesofideocontucomatambrealaportuguesapolloalhornoconpapasempanadassanguchesdemilanesamondongoensalada…” y no me acuerdo que más dijo, etc.…

Si les costó leerlo, bueno a mí lo mismo me costó entenderlo.

La cosa es que nos sentamos y por un precio por cabeza de 50 pesos comimos de entrada empanadas y fiambre, como plato ravioles con estofado y matambre  a la portuguesa, una canasta entera de pan, 1 litro y medio de agua saborizada y al final de todo, empujado con sopapa flan y budín de pan mixtos.

 Pedaleando para bajar la panza partimos en dirección a Pirán. Mi intención era llegar hasta Vivoratá.

 En cierto momento en la banquina divisé un bulto amarillo brillante pero como era grande seguí de largo. Y frené diez metros más adelante como aprendiz de Luis que todo aquello llamativo que vale la pena, sirve para algo y es, en bicicleta, llevable lo recoge.

Le hice señas a Luis para que frenara y mirara lo que había encontrado. Era un rollo de lana de vidrio en perfecto estado con el embalaje en óptimas condiciones. Luis dijo “Esto es liviano, yo me lo cargo. Debe salir como 300 pesos y nos sirve para la casita (que nos estamos construyendo), se lo podemos dejar a tu tía y que cuando valla para allá nos los lleve”. Así que decidido me dio la carpa y se cargo en la bicicleta el cilindro color amarillo.

La bicicleta llevando el rollo de lana de vidrio.

Avanzar con la lana de vidrio era fácil pero se tornaba un poco peligroso al pasar por los puentes donde la banquina se estrechaba casi hasta desaparecer, los autos pasaban más cerca y el bultote sobresalía hacia los lados superando el nivel de las alforjas, si teníamos oportunidad lo venderíamos en el próximo lugar.

 Llegamos a Pirán y nos detuvimos en un predio de pasto verdísimo surcado por muchísimos caminos de hormigas y engalanado por unos riquísimos árboles.

Pachoncitos nos tiramos a descansar y no nos dieron ni tiempo unos chicos que se nos acercaron buscando charla. Les contamos y les explicamos cosas de la bici. Nos hicieron reír un rato y hasta nos mostraron como pateaban la pelota.

Anto y la banda de vagos en la plaza de Pirán.

La ciclista más hermosa.

Partiendo de Pirán Luis se detuvo al ver a un muchacho descargando piedras de una camioneta e hizo averiguaciones para vender el rollo de aislante. El joven era hijo del dueño del corralón, adonde nos mandó de parte suya.

Nos recibió un hombre laburador y sencillo al que le comentamos que estábamos viajando y que habiendo encontrado eso en el camino y viendo que era complicado llevarlo se lo ofrecíamos por unos 100 pesos, sabiendo que estaba como unos 300.

El hombre aceptó y muy sincero nos dio 150 para hacer miti y miti.

Seguramente mañana lleguemos a a Mar del Plata. Nos quedan unos 50 o 60 km, así que yo calculo que si nos levantamos temprano y vamos tranquilos para las dos o tres de la tarde podremos estar allá, en la casa de mi tía.

Parece que hoy también estoy asustada, tenía ganas de ir al baño y tuve que pedirle a Luis que me acompañara porque me daba miedo salir sola afuera de la carpa. Pero tengo mi justificación, sensibilidad de embarazada, porque yo antes no era tan miedosa.

 

fecha:

10/9/2011

Día de viaje:

6

Km acumulados:

406

Lugar de pernocte:

Mar del Plata, casa de la Tía Esther y el Tío Gustavo

 

Los tres juntos logramos este cometido.

¡Llegamos! Ni a las dos ni a las tres de la tarde. Hoy nos levantamos temprano pero el fin del viaje fue acompañado por un muy respetable viento de costado tendiendo a frente, que no solo nos detenía por momentos el avance si no que a veces te tiraba la bici hacia el otro lado. Fue intensa la jornada. Avanzamos con viento constante y pocos kilómetros antes de MDQ comenzó la lluvia, una garúa finita y abundante que nos obligó a abrigarnos y colocarnos los impermeables.

Antonella Emocionada de haber llegado pedaleando a MDQ.

A veces cuando uno se propone las cosas no imagina cómo llegará a cumplirlas. Y finalmente está ahí con su objetivo realizado y cuando uno mira para atrás cuesta creer que llegó, que lo ha hecho, que ahora que uno está ante el premio parece que fue todo tan fácil.

Tren que une MDQ con Plaza Constitución en Capital Federal.

Uno se cansa mientras pedalea, yo me canso, entonces le doy despacito y constante, y sé que me duelen un poquito las piernas o un poquito el asiento pero si parara en ese momento no encontraría un descanso. El verdadero descanso se encuentra luego de haber hecho un esfuerzo. No hay mejor momento para hacer nada, que después de haber hecho algo.

Y entonces acá estamos, llegamos. Fuimos recibido a la tardecita con muchísimo afecto por Josefina, mi prima, y mi tío quien nos sirvió asado de merienda, cosa que no rechazamos.

Poco a poco comenzó a oscurecer mientras íbamos charlando y la familia se iba reagrupando. Fuimos a buscar a mi tía hasta su ensayo de coro, que esta noche tendrá concierto.

Más tarde llegó mi primo más grande, el Fede. Josefina, la más chica, se fue a jugar de un amiguito y Agustín, el del medio, está de viaje jugando al waterpolo.

El ruso, mi tío, y la tía Esther se fueron con Jose al concierto y nosotros con el Fede nos fuimos hasta Acantilados, zona de acantilados, cercana a MDQ, a darle de comer a los perros que están en una casa de fin de semana. Paseamos un poco y Luis conoció la casa. Le mostré los muebles y las puertas que había hecho mi tío, para que vea lo que podemos hacer nosotros en nuestro futuro hogar.

El final de la noche fue espectacular, ya bañados y con ropa limpia nos quedamos en casa con el Fede. Compramos unas tartas fenomenales y sillón al culo, película al frente y tarta en mano pasamos una velada relajadísima y muy divertida.

fecha:

11/9/2011

Día de viaje:

7

Km acumulados:

406

Lugar de pernocte:

Mar del Plata, casa de la Tía Esther y el Tío Gustavo

Levantarse y no tener que desarmar campamento es un placer agradable cuando contrasta con los días de viaje.

Amanecimos distendidísimos y nos sentamos en la cocina a desayunar tranquilos. El resto de mi flia. dormía, aprovechan el fin de semana para darse el gusto.

De a poquito se fueron despertando, menos el Fede que duerme como hasta la una.

Mi tía nos invitó a pasear un rato y salimos a recorrer locales de polar, que yo quería comprarme, en camioneta. ¡Está re cómodo moverse en auto!

Caminamos un poco y miramos tiendas en el centro.

Volvimos a Paunero (así llamamos a la casa de mis tíos) y otra vez nos relajamos.

La tía cocinó fideos con tuco impresionantes y luego de otro rato de ocio salimos a disfrutar la tarde recorriendo en vehículo Mar del Plata.

El Pato de MDQ!

Luis se encantó de ver al famoso pato.

Margaritas en un masetero de MDQ.

Nos relajamos, mateamos, comimos churros y disfrutamos la tarde. Había un ventolín fresquito así que culminamos el día viendo otra película y charlando mucho con mis tíos.

Hasta nos reímos mucho con mi tía cuando mi prima trajo los tres álbumes de nacimiento y nos encontramos con que el del primero (mi primo fede) estaba re completo, decorado y lleno de fotos, el del segundo (Agus) estaba menos completo, con más páginas en blanco, y el de Josefina, la última, pobrecita gracias si mi tía le había puesto el nombre!

fecha:

12/9/2011

Día de viaje:

8

Km acumulados:

420

Lugar de pernocte:

Arturo Seguí

Hoy nos toca la vuelta de regreso! Ya tenemos los pasajes para el tren comprados. Partimos a las 8 de la casa de mis tíos despidiéndonos con muchas alegrías.

Despidiéndonos de los Tíos de Antonella en MDQ, antes de ir a tomar el tren.

El tren emprendió puntual el regreso. A las bicis las mandamos al furgón pagando un precio extra del pasaje por cada bici y por todas las alforjas que las cobraron como un bulto. Como nos había recomendado mi tío, las envolvimos en papel film y quedaron más aseguradas. Sobre todo eso evita que a alguien le tiente mandar fácil la mano en alguna alforja, y si a alguna persona le importa, protegerla de que no se le raye.

Las ventajas del tren, en el caso del trayecto Mar del Plata-Constitución, es que entre pasaje y carga tiene menos costo que el pasaje en ómnibus, y que al tren la bicicleta la podes subir armada, con alforjas colocadas y todo. Respecto al tiempo, sí tarda más el tren, pero no demasiado. Si hasta llegamos 20 minutos adelantados.

La desventaja del tren es que el mantenimiento que tiene es vergonzoso y no dan ganas de volver a viajar por ese medio. Los baños no habían sido higienizados antes de comenzar el viaje y no había agua en los lavatorios. Los burletes de las ventanas estaban resecos y muchas butacas se mantenían en pie por alguna forma de milagro.

Es otra experiencia a vivir, claro que sería re lindo que les den a los vagones el mantenimiento correspondiente año a año, eso haría que se vallan reparando las cosas de a poco y que el vagón entero sea más durable, además serían plazas de trabajo para mucha gente. Pero sin mantenimiento dura hasta que reviente para quedar luego descartado y gastar en comprar uno nuevo de cero. Esto es una idea mía, no es información extraída.

Bajando del tren en plaza Constitución al regreso de MDQ.

El retorno fue rápido. Es curioso la relación al haber pasado con el tren en un día por todos los sitios que nosotros tardamos en pasar 6 días. Que sorprendente que halla diferencia en lo que uno hace por cómo uno lo hace. Fueron los mismos kilómetros, la misma pampa y dos viajes diferentes.

Apenas bajamos del tren de MDQ compramos boletos a Villa Elisa. Dos minutos después estábamos en el furgón junto a personas todas muy distintas.

Sinceramente el trayecto en tren Constitución-Villa Elisa no fue muy agradable. Había mucha gente fumando cigarrillos de tabaco y hasta en varias ocasiones encendieron cigarrillos de marihuana. Yo me sentía muy incómoda porque son dos cosas que me desagradan y además porque estoy embarazada.

Pedí por favor que dejaran de fumar y para que tuvieran un justificativo esas personas les aclaré que estaba embarazada. Me miraron con mala cara y siguieron fumando igual. Es una parte de la realidad que todo el mundo fuma en cualquier lado y se siente con derecho de hacerlo, parece que implícitamente está aceptado y es correcto, así que si algún fumador lee esta crónica tenga en cuenta que para el que no fuma, el que fuma jode, y mucho.

Dejando de lado ese altercado llegamos a casa, sanos, salvos y tranquilitos.

Hemos disfrutado de un lindo viajecito.

Más fotografías:

 

Fauna esquiva al costado de la Autovía 2

 

 

La chica de la ruta...

 

...posando para las Fotos en la Autovía 2.

En esta yo no estaba posando, Nazareno me la sacó!

Chimando a la vera de la Autovía 2.

 

Antes del viaje le reemplacé a Anto sus Cambios por unos mejores que yo había usado algún tiempito, pero las rueditas eran las originales, y tenían como 25.000km por lo que se las reemplacé para que ande bien otro tanto.

 

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