Inicio

 

San Antonio de Areco, Pcia de Bs. As. Argentina.

1 al 10 de enero del 2011

Primer Viaje, por Luis Nazareno Cribellati y Antonella Pagnanelli.

 

 

Día de inicio: 1/1/11
Km acumulados:

18

Lugar de pernocte: vieja estación de Buchanan.

 

Hoy iniciamos el viaje los dos juntitos.

Luego de festejar primero de año en Punta Lara cargamos mi bicicleta preparada para la travesía en la camioneta de Luis y nos dirigimos rumbo a Arturo Seguí para dejar la camioneta, agarrar la otra bici y emprender la aventura desde allí.

Salimos cuando ya estaba oscureciendo, equipados con luces por un camino de tierra no muy iluminado.

A pocas vueltas de pedal el soporte de mi luz delantera empezó a fallar con los saltos. Con varios intentos de acomodarla y capas de cinta tape encima fue a terminar estrellada contra el suelo, así que decidí guardarla y continuamos recorrido como estábamos.

Yo me encontraba algo nerviosa y no va que unos instantes después de quedar sin luz delantera venía de frente un grupo de ebrios en bicicleta,  uno de ellos en su errante trayectoria me engancho con el manubrio y recibió como regalo de año nuevo un revolcón por el piso.

Yo me preocupé y me puse más nerviosa así que decidimos dar por concluida la jornada de pedaleo.

Vimos una tranquera blanca y entramos a preguntar si nos dejaban pasar la noche en ese campo, se nos negó este permiso y continuamos viaje.

Luis me sugirió pasar la noche en la vieja estación de Buchanan que estaba cerca, así que aquí armamos la carpita.

Todavía estoy algo nerviosa y asustadiza, pero la calidez de la noche, el cielo estrellado y el mirar para alrededor y ver naturaleza y que estamos solos en nuestra intimidad hace el mejor comienzo de este año.

Estoy prestando mucha atención a lo que me dice Luis que me explica como armar el calentador naftero, como preparar la comida deshidratada, y otras indicaciones que es importante saber para aprender a llevar esta vida de campamento.

 

 

 

Día de viaje: 2/1/11
Km acumulados:

85

km del día: 67
Lugar de pernocte: Centro Nakal, Ex Chovita. www.cicloviajes.com/chobita.htm

 

En Buchanan una ranita pequeña se acercó entre los pastos.

Campo, verde pasto, celeste cielo, blanco nube, dorado sol, adobe cálido. Estamos en Centro Nakal, un emprendimiento ecológico donde las casas están construidas de barro, el agua la calientan en un termotanque solar, y a las hormigas de la quinta las satisfacen con arroz para que no se coman las verduras. Los iniciadores del proyecto son Viky y Eduardo, amigos de Luis Nazareno.

 

Llegamos hasta aquí transitando parte de la vieja ruta 6. El trayecto se hizo muy placentero ya que vinimos por un asfalto en el que no pasan autos.

El inicio del día fue fenomenal. Nos despertamos en un día radiante y compartimos nuestro primer desayuno en ruta y nuestra primera experiencia juntos levantando campamento.     

En el camino compramos miel, paramos un par de veces y almorzamos puré con queso y galletitas en el km 78 de la ruta 3, donde rendían honores al Gauchito Gil.

Yo ya me hice habitué a la ruta, me siento completamente cómoda en viaje y saboreamos la experiencia al máximo. Es mi primer viaje y me siento plena compartiéndolo con Luis.

Aquí en Centro Nakal nos ofrecieron una cabañita para dormir, por lo que los señores campamentistas esta noche no levantaron la carpita.

Compartimos un guiso, esta vez de capeletinis, con Esteban (integrante del centro), quien esta viendo la posibilidad de hacer su casa de barro también acá.

El despertar en Buchanan.

 

 

Día de viaje: 3/1/11
Km acumulados:

140

km del día: 55
Lugar de pernocte: arboleda, ruta Prov. 41

 

Viky despidiéndonos!

Pasamos una agradable y tranquila mañana en ex Chovita luego de desayunar en un mangrullo y compartir juntos una generala. Salimos como a la una recién a la ruta.

Nos desviamos para ingresar en Abbot, sitio en el que almorzamos. La entrada a Abbot tiene un par de Km en que hay un asfalto en muy buen estado y a los lados el pasto cortado muy prolijito, estaba tan lindo que a la salida nos quedamos un rato disfrutando del sol sentados en el pasto.

Pernoctamos en una de esas cabañitas que se ven atrás!

En un momento empezamos a ver al costado de la ruta un hilo de nylon, lo agarramos para ver hasta donde llegaba, realmente no se donde terminaba, pero era tan largo que lo terminamos soltando. Hacia el atardecer con otra puesta de sol hermosa divisamos varios chajas en la copa de un árbol, si bien estaban lejos me sorprendí del tamaño que tienen, son un importante pajarote.

Los chajás!

 

 

Día de viaje: 4/1/11
Km acumulados:

178

km del día: 38
Lugar de pernocte: arboleda, ruta Prov. 41

 

Amaneció lloviendo y el desayuno lo compartimos dentro de la carpa algo apretujados, ya que nuestra carpa es muy chiquita. A la hora agarrar los víveres de las alforjas que estaban en le alero de la carpa nos encontramos con una concurrida fila de hormigas que saqueaban nuestro pan, azúcar, galletitas y frutas. Estas hormigas cortadoras se resistieron con sus pinzas a ser desalojadas, y Anto recibió varias mordidas.

 

En otra calidad arboleda hoy me tocó cocinar a mí, armar el calentador y hacerme experta de los gajes gastronómicos de la cocina del ciclista. Con una experta mano y una calidad óptima me las ingenie a la perfección para quemar los fideos, pero inigualable fue mi calidad para tirarlos al piso cuando quise colar el agua de la olla.

La jornada de pedaleo fue corta, salimos después del mediodía cuando cesó la lluvia luego de haber leído un poco el libro Atrapa tu Sueño http://www.argentinaalaska.com  y dormir una siestita.

Llegamos a Lobos donde pasamos una tarde súper larga de descanso.

Entramos a una bicicletería y Luis me regaló un espejo retrovisor, ideal para viajar más seguros,  un conjunto de llaves alen para la bici y una campanita.

Se las ingenió y me colocó todo en el momento utilizando incluso un soporte de un asiento que había tirado en la calle para colocar mejor el espejo.

El espejo retrovisor es excelente para ver cuando uno tiene que orillarse a la banquina. En la ruta pueden venir camiones grandes desde atrás y otros vehiculo circulando de frente, por lo que la ruta a veces no alcanza para las dos manos, más, bicicletas transitando y hay que orillarse. Por el propio viento que se produce cuando uno va pedaleando, los camiones y los autos, se escuchan generalmente cuando ya los tenes encima por lo que más que el casco te salva la vida el espejo.

Compramos fruta y algo de comida en un supermercado y nos preparamos un almuerzo de lujo en una plaza. 

Lo más genial fue que tuvimos baño incluido en la plaza, si señor. Resulta que nosotros vimos que había una manguera en una construcción sobre la plaza que salía de lo que parecía ser un tanque de agua. Luego llegó un hombre. Luego nos acercamos y charlamos, luego, el hombre nos ofreció abrirnos el agua y luego...Luis y yo abajo de un chorro de agua fría en un día caluroso en una plaza de Lobos.

 

 

Día de viaje: 5/1/11
Km acumulados:

234

km del día: 56
Lugar de pernocte: arboleda ruta Prov. 41, Río Luján. 

 

Hoy pasamos por Mercedes. Me sorprendió lo dinámica que es su gente. Constantemente pasaban personas en bicicleta, caminando o corriendo. Preguntamos por un lugar para pasar la noche y no conseguimos específicamente en Mercedes, nos dijeron que más adelante estaba el río Luján y hay había sitio como para acampar.

A la noche ya plácidos por cenar, nos sentamos sobre un hormiguero. 

Este saltamontes con la pata rota no dejaba de aparecer entre nuestras cosas, parecía que se quería venir con nosotros de polizón.

 

 

Día de viaje: 6/1/11
Km acumulados:

291

km del día: 57
Lugar de pernocte: Camping Club River, San Antonio de Areco.

 

Llegamos a San Antonio de Areco, nuestro destino final.

Entramos pedaleando tranquilamente disfrutando del pueblo. Es pintoresco Areco. Hay muchas casitas y construcciones antiguas de ladrillos y ventanas altas. El lugar tiene algo muy ameno, al ser tan distinto a La Plata, que tiene la sensación de esos pueblitos o ciudades pequeñas en las que uno pasa vacacionando.

Llegamos hasta una plaza, subimos a ella y nos frenamos. Algo cansada, cuando me bajé, el peso de la bici me hizo caer para atrás en el medio de un ligustro. Este por delante tenía una rejita que se me clavó en las nalgas, y entre la risa, la bici con peso encima mío, la reja y las ramitas que se me clavaban por todos lados, no me podía levantar.

El viaje hasta acá fue fenomenal. Hoy almorzamos en San Andrés de Giles, y complacientes con nuestras pobres amigas hormigas volvimos a sentarnos sobre otro hormiguero.

Estuvimos recorriendo Areco, buscando sitio de acampe. Ya no estábamos en la ruta, así que era muy probable que tuviéramos que pagar, por lo que nos pusimos a buscar cuales eran las posibilidades y a averiguar precios. Uno de los lugares baratos que nos recomendaron, eran unas cabañitas, al lado de una chocolatería, en donde nos pedían más de 90 u$s la noche. Después de comernos unos chocolates con pasas y cascaritas de naranjas bañadas, agradecimos y continuamos. Fuimos a otro lugar por donde había pasado Luis en su viaje anterior y le habían alquilado una piecita a un costo razonable. El señor de la casa ya no tenia más esa habitación, pero a cambio nos ofrecía alquilarnos el lugar donde él vivía. Decidimos seguir y buscar más posibilidades.

Nos dirigimos a la oficina de turismo sin mucho éxito. Ésta cerraba 19:30, pero nosotros llegamos 19:10 y ya habían cerrado.

Continuamos dando vueltas el resto de la tarde.

Eran las diez de la noche cuando Luis reparaba su bici en una plaza. Todavía no habíamos definido lugar para dormir.

Nos levantamos y pedaleando sin rumbo fijo terminamos cenando unos riquísimos tostados de bondiola y queso, finalizando con postre vigilante, en un antiguo almacén, que ya no funcionaba como tal, si no como un sitio para compartir una bebida junto a un aperitivo.

El ex almacén estaba lleno de objetos añejos. Había envases de aceite que parecían tener intacto su contenido, jabón de lavar "La Espumita", pilones de alpargatas de yute, amargos serranos, latas de galletitas, muchas fotografías de antaños gauchos y varias cosas más.

 

Nos decidimos a dar una vuelta por el camping  donde felizmente armamos nuestra carpa y por un costo menor a los otros sitios pasamos la noche.

 

 

Día de viaje: 7/1/11
Km acumulados:

299

km del día: 8
Lugar de pernocte: Camping Club River, San Antonio de Areco.

 

Habiendo llegado a destino, hoy no teníamos apuro por levantarnos temprano, pero...antes del amanecer nos despertaron unos chicos que estaban a los gritos cerca de la carpa. Luis les tuvo que decir dos veces que se vallan, más una señora de otra carpa, se quedaron un rato más molestando y después se fueron.

Nos volvimos a dormir pero no por mucho tiempo. Habíamos armado la carpa en un lugar sin árboles y cuando salio el sol el calor nos sacó corriendo de la guarida.

Nos sentamos a desayunar en una mesita lo más posible a la sombra, sombra que no duró mucho porque al ratito le dió el sol y nos mudamos de mesita. ¡Es qué estamos a 7 de enero y hace calor!

Aprovechando el agua corriente del camping lavamos nuestra ropa e improvisando una soga la colgamos al sol.

Salimos a recorrer con las bicis sin carga la ciudad.

Compramos algo para almorzar y en un sitio verde muy amplio, similar al bosque  de La Plata, quedamos satisfechos.

 

En el camping había pileta pero ésta nos presentaba pautas a las que había que ajustarse. Había que pagar, bien era razonable; pero no podíamos ingresar en calza de ciclismo, no teníamos malla y sumado no sé que otra cosa más que había que respetar, preferimos no entrar.

Maravillosamente, descubrimos una ducha al aire libre varios metros lejos de la pileta. ¡Ah qué frescura! Nos dimos un súper "chapuzón" que se disfrutó al máximo.

Pasamos el resto de la tarde conversando y dispersándonos. Seguimos leyendo un poco más el libro y disfrutamos la vista del atardecer acompañado por una delicada lluvia.

Ya comenzaba anochecer y le digo a Luis, “¿Nos quedamos una noche más?”

Fuimos a pagar. Y cuando vi la calle, húmeda, fresca, relajante, el manubrio de la bici bajo mis manos, le dije a Luis, “Vamos a dar una vuelta”.

Nos fuimos a pedalear y a recorrer el centro de noche. Un lugar muy agradable, recomendable para vacacionar.

Paseamos y paseamos y paramos a comprar víveres para preparar la cena, y ¡oh sorpresa! De vuelta para el camping pasamos por enfrente de una pizzería en la cual el cartel anunciaba, ¡pizza gigante!, elija hasta cuatro sabores. Y...la idea nos conquistó. Cenamos una riquísima pizza gigante.

Durante la cena las bicis quedaron solas afuera y sin candado. Nosotros súper tranquilos. Así es San Antonio de Areco.

 

 

Día de viaje: 8/1/11
Km acumulados:

378

km del día: 79
Lugar de pernocte: tranquera en un campo, ruta Prov. 6

 

El primer desayuno del regreso fue acompañado por una exquisita pizza que nos sobró de anoche, en vano no era gigante.

Hoy emprendimos la vuelta. Pasado mañana tenemos que estar en Arturo Seguí a las 13 horas.

A la salida de Areco pasamos por una bicicleteria. Frenamos y Luis preguntó por unas cubiertas que averigua si las tienen en cada bicicleteria que pasamos desde que lo conozco y que evidentemente son difíciles de conseguir.

¡¡¡Tenían dos juegos!!!

Las cubiertas se llaman Cheng Shin Tire y la característica que tienen es que contienen una banda de 4mm de espesor de kevlar, son antipinchazos. Esta cubiertas Luis las usó en un viaje más de 7000 Km y resultaron buenísimas. Así que salimos los dos desde San Antonio de Areco estrenando cubiertas nuevas.

Fue otro día espectacular. Me sentí muy energizada y fue una buena jornada de pedaleo, algo calurosa. Si hasta me refresqué en los charcos de agua de la abandonada ruta.

Almorzamos otra maravilla culinaria del camino, ensalada con queso casero.

Pasamos por Luján, lugar que no conocía. Transitábamos una calle de entrada que estaba bordeada por un linde de árboles muy cercanos al asfalto por lo que no dejaban ver mucho horizonte. Cuando doblamos una curva y pasamos el ultimo árbol me sorprendí. Vi una explanada muy amplia y al fondo, en un efecto contrastante e imponente, la Basílica de Luján. Fue este efecto sorpresa lo que me gustó. Luego el resto, salvo los heladitos que nos comimos, no tanto.

Ya estábamos de nuevo en la ruta 6 y aquí el paisaje cambia. No hay prometedoras arboledas para acampar, si no campo y arbustos bajos. Había que ingeniárselas más para encontrar un sitio.

Transitando por la vieja ruta, encontramos una entrada en desuso a un campo. Decidimos armar la carpa ahí. Los arbustos entre las dos rutas y la noche que estaba llegando la ocultarían bastante bien.

Luis pasó del otro lado de la tranquera y comenzó a encargarse de la cena mientras yo levantaba la tienda.

Ya era noche cerrada en el campo. Terminé de armar la carpa y me dirigí a Luis con el comentario de que hacía calor, a lo que Él me contesta extrañado que no, que ya estaba fresco. Sin embargo yo estaba transpirando. Luis me revisó. Me había insolado.

Enseguida me tiró bastante agua en la nuca y en la cabeza durante bastante tiempo y me indicó que tomara mucha agua.

Se preocupó mucho. Me explicó que no es una pavada insolarse y que puede llegar a ser muy riesgoso.

En seguida mejoré y mi cuerpo bajó la temperatura. Al rato tuve que abrigarme. Ya estaba a la temperatura acorde que había en ese momento.

Éstas son cosas que en general ignoramos, pero es importante estar al tanto, porque a pesar de que estuvimos bien hidratados y alimentados todo el día, y de que llevábamos un pañuelo para que no pegue el sol directo en la nuca, llegué a insolarme. Y no me hubiera dado cuenta si no fuera porque estaba con una persona que tenía conocimiento sobre el tema.

 

 

Día de viaje: 9/1/11
Km acumulados:

431

km del día: 53
Lugar de pernocte: Estación de servicio, Cañuelas.

 

Anteúltimo día del viaje.

Nos agarró la tardecita en una estación de servicio cerca de Cañuelas. Dejamos las bicis en la puerta del "serviclub" y entramos a merendar algo. Comimos un yogur y unas facturitas.

No mucho tiempo después de la merienda, nos cruzamos al restaurante de enfrente, y ya que estábamos cenamos unas empanadas.

Ya era de noche y con la ruta transitada no era seguro seguir viajando. No había muchas opciones para armar la carpa, así que la pusimos en un micro bosquecito de pinitos, de esos que a veces suele haber en la estaciones de servicio.

Atamos las bicis, y les quitamos todas las cosas que se sacan fácil a mano, como los asientos y hasta las ruedas, que tienen abre fácil.

Dormimos profundamente.

 

 

Día de viaje: 10/1/11
Km acumulados:

504

km del día: 73
Lugar de pernocte: Arturo Seguí

 

Nos levantamos a las cuatro de la mañana. Adormilados levantamos campamento enseguida y nos sentamos a desayunar en una barandita de quebracho que había frente al pinar. Nos tomamos una chocolatada en tetrabrik con unas galletitas, lo más practico para no tener que estar lavando ya que teníamos que salir presto a la ruta.

Mientras terminamos de acomodarnos el cielo clareó un poco más y ya nos permitió salir a pedalear.

Estaba fresco. Iniciamos el día con calza larga y polar.

Alrededor de las ocho yo todavía seguía bastante dormida. Pedaleaba en piloto automático.

Frenamos, nos preparamos algo calentito, cambiamos los polar por remeras largas y nos reactivamos con una siesta.

Vista del cielo descansando al costado de la ruta.

A eso de las 11 de la mañana arribamos al primer puestito por el que pasamos al principio del viaje, en donde habíamos comprado miel. Adquirimos queso y dulce de leche para regalarle a la familia.

Quedaban unos 20 Km por delante, teníamos viento en contra y el tiempo nos quedaba medio justo. A las 13 había que estar en Arturo Seguí.

Entramos al ultimo trayecto de la ruta. Viento en contra y calle de tierra bien poseada. Avanzamos lo más rápido posible.

12:50 entramos en la casa de Nazareno.

En 20 minutos comimos carne al horno con papas y cebollas que nos había preparado su tía y Luis sin llegar a bañarse se cambio la ropa.

Cuarenta minutos después estábamos en La Plata haciendo una diligencia.

Por el momento la tarde de hoy ya no estamos en la ruta, pero si comiéndonos un rico helado en La Plata.

Antonella Pagnanelli.

 

Esta foto refleja para nosotros la libertad y emoción de viajar.

 

Los deportes de aventura como los viajes en bicicleta requieren una preparación física y psíquica especial, y obtener un certificados médicos de aptitud física. En estas actividades es necesario el uso de protección para evitar lesiones graves, por lo que pedimos por favor que uses casco y otras protecciones. Todos los contenidos del sitio están basados en opiniones de personas no especializadas en nutrición, medicina ni en deportloguia. Para obtener información fehaciente debes consultar a un especialista: medico acreditado. La web Cicloviajes no se responsabiliza por las lesiones, daños y perjuicios producidas por realizar actividades deportivas de aventura de alto riesgo, como puede ser andar en bicicleta. Ni en los resultados que pudiera causarle el seguir las opiniones personales expuestas en este sitio web. Las aventuras expuestas aquí son realizadas por un profesional con mas de 13 años de experiencia en viajes autosuficientes, por lo que le aconsejamos que si quiere evitar al 100% los riesgos, mejor no ande en bicicleta.
Cicloviajes© Copyright by Luis Nazareno Cribellati. Expediente Nro: FORMB 03241 Dirección Nacional del Derecho de Autor.