Viaje de exploración.

Rodeo  - San Juan (Argentina) Valle del Elqui. La Serena (Chile)

  Paso Cordillerano Internacional  Agua Negra

Por Luis Nazareno Cribellati  

Viaje realizado en forma autosuficiente (con todo el equipo en la bici)

Objetivo del viaje:

Exploración de terreno para realizar próximas incursiones turísticas, pero ya con vehículo de apoyo, y contando con equipamiento de comunicación.

Equipo transportado sobre la bici:

• Calentador de alta montaña marca MCR, modelo WisperLait.
• Campera parca con membrana tipo GoreText marca Makalu modelo Nitro  X3.
• Campera de pluma de ganso marca Makalu de 700 gs.
• Alforjas de gran capacidad marca Halawa, modelo Travesía
• Bolsa de dormir sintética para -25 grados marca Norland Profesional, modelo Boulder
• equipo de transporte de agua MCR modelo Dromedario 5l
• Bicicleta Scoot modelo Boulder equipada con Shimano Deore LX y rodamientos montados a Rulemanes marca Formula Llantas doble pared marca Donsa, parrilla de tubos de acero marca Cicloviajes modelo Extrem Read Rack
• Navegador Satelital con Movi Maps Marca Garmin modelo Etrex Legend.
• Carpa de alta montaña marca Doite modelo Himalaya 2
• Cámara filmadora/fotográfica formato Mini DV con 3 SCD marca Panasonic
• Lente X 0,4 Ojo de pez.
• Trípode
• Computadora PDA marca Palm modelo Tursten E2 (para documentar el viaje, y llevar las notas personales) con teclado externo plegable.
• Indumentaria  maraca Assali.
• Termo marca Termos. para optimizar los tiempos en el levantamiento del campamento por las mañanas, y tener siempre lista una infusión caliente.

• Zapatillas SPD Shimano con suela Vibran para trekking, y menbrana Goretex lo que le da impermeabilidad y Respirabilidad en climas extremos.

• Botiquín de primeros auxilios en organizador marca Travesía a las Nubes.

Día 5 de diciembre del 2007. Kilometro 38 de pedaleo. 

Empecé en la localidad de Las Flores en la provincia de San Juan a los 2000 metros  sobre nivel del mar, con una incesante subida y un descenso corto pero muy rápido de apenas 3km de largo,  llegué a los 3050 metros en Guardia Vieja acampando en Gendarmería Nacional, y mañana continuaré subiendo despacio. Los gendarmes me dijeron que soy la primera persona que pasa en la temporada desde Argentina para Chile en bici por este Paso, y que vienen desde Chile 3 ciclistas que aún no me cruzo. Muler Andess "Suizo" fue el primero que encontré. El conoció a Martin y a Nadin más o menos cuando yo anduve con ellos por la Mesopotamia.  

El siguiente día fue muy duro, ya que predominaba un fuerte viento y muy frío por la altura. En varios pasajes el camino se estrechaba en una suerte de cañón, y el viento se aceleraba en forma vertiginosa, porque todo el aire que circulaba en un amplio valle, se concentraba en unos pocos metros del cañón, (a esto se lo llama efecto bentury)  por lo que con este viento en contra no solo es difícil avanzar hasta caminando, si no que también la velocidad que tomaba el viento era sofocante!.  Seguí subiendo y llegué a un bello paraje en donde todo el caudal del río brotaba desde mallines, parecía el inicio del río, aunque en parte lo era. Por otro lado solo resurgía, ya que más adelante estaba en forma normal, lo que indica la presencia de un tramo subterráneo. 

Me resguardé del viento detrás de una inmensa piedra, donde armé campamento, pero por la noche el viento aminoró muchísimo. Por la mañana siguiente solo era una brisa, de a poco fue aumentando y cuando llegó la hora de mi almuerzo ya era un viento considerable, aunque no era lo del día anterior. 

Temprano acampe en el Valle de San Lorenzo, (donde Cabot y sus tropas fuesen al sur, unos 20 km más, antes de cruzar para Chile) 

El sitio era una conjunción de dos grandes valles, por cada cual bajaba su correspondiente río, y al final de esta conjunción ya era un río subterráneo. 

Aquí me separaría del camino que hizo las tropas libertadoras, para pegar el último ataque al paso. Esta jornada tuvo pasajes duros de superar, ya que no elegí la mejor época para mi incursión. Pero descansando del viento frio, tras el resguardo de las piedras del costado del camino, y al rayo del sol, me re instituía para poder volver a enfrentar el ascenso bajo esas extremas condiciones. 

Como todo esfuerzo tiene una recompensa, ya una vez en la cima del cerro y avistando el hito, disfruté merecidamente del paisaje mientras me preparaba un té caliente, para mí y unos motociclistas chilenos que ascendieron hasta allí desde su país. Ya el viento no parecía afectar tanto, aunque seguía siendo igual de fuerte y frio, quizá era el ánimo que uno le ponía a la situación, o quien sabe qué!. Allá arriba el paisaje es espectacular, y todos los que allí llegaban parecían emocionados, hayan venido en automóvil, camioneta, moto o como yo en bici, aunque fui el más audaz por llegar hasta allá como lo hice, todos compartíamos una emoción en común, y cada uno a su modo la expresaba, algunos con un abrazo y euforia, otros solo con una sonrisa en la cara, pero allí éramos todos seres humanos dispuestos a ayudarse incondicionalmente, y  no importaba demasiado de dónde veníamos, pero creo que todos los que llegamos en ese momento allí hicieron un esfuerzo fuera de lo común, sumado al enrarecido aire, y el viento frio, y algo de la magia del paisaje, hizo que nos sintamos así! 

Definitivamente toda una experiencia! 

Ya en pleno descenso no me hacía a la idea de la altitud que estaba, y lo que me faltaba por descender hasta llegar al océano, 4,8km parece poco, pero cuando es en vertical y en una carretera con una inclinación que rondaba el 6% daba la sensación que la bajada nunca acababa, y cuando miraba el altímetro todavía me quedaban por bajar aun 4,2 km más.   

Tal vez un poco cansado por lo duro de la jornada, decidí acampar temprano, y lo hice saliendo de una planicie llamada pampa de las liebres a 4000 m.s.n.m. Como no había mucho viento me aventure a dormir solo con la dormibolsa. el cielo me regaló muchas estrellas fugaces y un firmamento espectacular, se lograba ver el cúmulo que forma la Vía Láctea.

Por la mañana hizo más frío que a la noche, y el paisaje del Valle del naciente Rio Elqui empezaba a mostrar su belleza!.

Rápidas e interminables bajadas zigzagueantes entretenían a mi cuerpo y mente, y la belleza de los multi-coloridos cerros, los arroyos de agua cristalina llenos de lechuguitas de agua y otras plantas, la nieve, las paredes de hielo y toda la naturaleza llenaban a uno el alma de una energía vital muy particular.

A lo largo del descenso crucé a unos dispersos y muy humildes pastores con sus rebaños de cabras. Charlé con cuantos tuve oportunidad, y me contaban de su sencilla vida. Ellos recién llegados estaban a los campos altos de la cordillera, y otros venían en tarea de asenso. Esta gente realizaba una tarea muy audaz, ya que viajaban a pie hasta 300 km arriando su ganado para ofrecerle mejores pasturas, y a medida que pasaba el año  y avanza el frio y el hielo en las altas tierras de la cordillera andina, tienen que emprender el camino de retorno hacia las tierras más bajas. Y mientras tanto viven algunos de ellos en precarias carpas, y otros en aún más precarias construcciones artesanales.

Tanto en el ascenso como en el descenso, admiré infinidad de penitentes (formaciones de vestigios de nieve que se mantienen de pie pasado el invierno, y son torneadas por el viento) en lo alto del paso se pueden llegar a ver inclusive en el verano, aunque últimamente debido a cuestiones térmicas globales esto es cada vez más raro!.

Llegué a la frontera chilena donde se comunicaron para avisar de mi llegada con los gendarmes argentinos, y después de realizar los trámites pertinentes. Me ofrecieron las instalaciones para tomar una ducha y demás quehaceres de los lugares civilizados, como por ej: afeitarme!. 

Todo un lujo.

A poco de andar como persona, comencé a rodar por el asfalto,  y así y todo el paisaje seguía sorprendiéndome a cada vuelta de pedal.

Por la tarde paré en la casa de un criador de cabras donde me enseñó el método tradicional de  manufactura del queso de cabra, y me contó además otros aspectos artesanales de su humilde y digna vida.

A pocos metros de su corral, un puma devoró a una cabra rezagada, que no entró a tiempo al corral. Por la mañana la escena fue escalofriante. Me contaron que el puma caza por las noches  y si está muy hambreado puede dar el mismo fin a alguna persona. 

(Yo el día anterior dormí sin carpa, y justo era el fin de la época de frio, cuando a esas alturas aún no llegan las lindas cabritas que hacen de alimento a los michifuses éstos. No sé si me explico!!) .

Desayuné con la familia entera, y seguí camino sin dejar de agradecer su hospitalidad. 

El valle se ponía poco a poco más verde, comencé a observar los interminables plantíos de parra, aunque aún no estaban maduras. Ya había mucha gente trabajando en los campos. 

Pequeños poblados e inmensos Fundos con vistosos y extensos plantíos cubrían la extensión del valle. 

Relajadamente se avanzaba a ritmo sostenido, siempre por zigzagueante camino  que se alternaba de lado permanentemente con el rio Elqui. 

Embalses azules e inmensos, controlaban el caudal de agua, mientras obtienen energía eléctrica del descendente Rio. Y algún túnel entretiene aún más el andar. 

Ya el clima hace muchos kilómetros dejó de preocuparme. Siendo hora de disfrutar de la bajada sin tanto abrigo encima. 

Después de descender un par de días, llegué a La Serena, en donde descanse en un hostal, y adquirí el ticket para iniciar mi retorno a la Argentina mediante Santiago de Chile. 

Atentamente 

Luis Nazareno Cribellati 

Diciembre del año 2007 

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